miércoles, 19 de marzo de 2014

La óptica de la realidad.

a) Realismo y costumbrismo.

El costumbrismo rindió culto a lo nacional la patria como una presencia que haba que consolidar, a mediado del siglo XIX, muchos países latinoamericanos comienzan a organizarse luego de las crudas guerras internas, es por esta razón que el costumbrismo rindió cuentas sobre lo que era o no la identidad americana, en cierta forma, traslado las luchas de las armas a las del papel, se empezó por primera vez a discutir la constitución de las nacionalidades y se planteo conservar la herencia Española y retratarse como entidades.

En el fondo, cuando un escritor describía alguna acción, estaba buscando coordenadas de algo que se llamaría "identidad nacional cultural", todo enmarcado en un trasformado conservador de origen Español, sus principales características:

  • Busca una identidad cultural nacional
  • Prefiere como técnica narrativa lo descripción
  • Su espíritu es conservador
  • La ironía y el humor son sus mejores aliados
  • Su lengua literaria une los regionalismos con un Castellano de Castilla
  • La finalidad de sus obras es mostrar la conducta social


En general el costumbrismo luego da origen a una especie del realismo que nos presenta el mundo, tal como lo percibe nuestros sentidos, persigue la imitación y copia directa, desde este punto de vista el realismo no supone nada bueno porque se centran en la realidad objetiva, en Latinoamérica se deriva en varios movimientos como: La novela de la revolución mexicana, La novela de la tierra, La novela de la selva, La novela indigenista; las cuales tenían las siguientes características:

  • Tendencia marcada hacia la objetividad
  • Preferencia por los temas socio-económicos
  • Preferencia por la psicología de los personajes
  • Estilo literario sobrio
  • Propósito pedagógico
  • Tendencia al género narrativo (novela)
  • Precisión y exactitud en las descripciones


Autores:

EUGENIO DÍAS (COLOMBIA 1803-1865).

Nació en Soacha cerca a Bogotá, fue autodidacta, su principal obras fue "Manuela" que retrata las conductas sociales de los habitantes del antiplano. Muestra personajes contradictorios como el cura, los terratenientes conservadores, los políticos racionales, los tinterillos de su tiempo, todos descritos en su obra.



RICARDO PALMA (PERU 1833.1919).

Hijo de padre mestizo y madre Zamba, este narrador peruano recreo la historia en cuentos, su estilo esta mas cerca a la comedia, sus historias encierran un escepticismo y una ironía capaces de meterse en la realidad nacional, recogió todas las leyendas, refranes, dichos, crónicas, testamentos, documentos, relatos del viajero, para construir su obra "Las tradiciones Peruanas".



JOSE JOAQUIN VALLEJO (CHILE 1811-1858).

Proviene de una familia pobre, trabajo con Andrés Bello, participo sobre el gran debate sobre el lenguaje popular, Castellano y costumbrismo, su principal obra fue reunida en la colección de los artículos "Jotabeche".




JOSE MANUEL MARROQUIN (COLOMBIA 1827-1908).

Escritor bogotano cofundador de la academia Colombia de la lengua, alcanzo la presidencia de Colombia en 1900, su obra principal es la novela costumbrista, con fines socio-morales, su novela el moro es la historia de un caballo, el cual es comparado con los estados de animo del hombre y afirma que tanto el caballo como el hombre puede ser comprado, robado, prestado hasta quedar tuerto y enfermo.


El realismo literario es una corriente estética que supuso una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en la segunda mitad del siglo XIX.

Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:

  • Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
  • Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico.
  • Debido a su afán versista o de verosimilitud, el realismo literario se opone asimismo directamente a la literatura fantástica.
  • Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
  • El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo en otros.
  • Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
  • El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad
  • Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.


b) Realismo mágico y lo real maravilloso

El realismo mágico es un género artístico y literario de mediados del siglo **. El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada, pero fue usado más tarde por el venezolano Arturo Uslar Pietri para describir el trabajo de ciertos escritores latinoamericanos.

Entre sus principales exponentes están el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el colombiano Gabriel García Márquez, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura, aunque muchos aclaman como padres del realismo mágico a Arturo Uslar Pietri, y a Juan Rulfo. Jorge Luis Borges también ha sido relacionado al realismo mágico pero su negación absoluta del realismo como género o mera posibilidad literaria lo pone contra este movimiento.

Laura Esquivel de México con "Como agua para chocolate" y Alejo Carpentier, de Cuba, en su prólogo al Reino de este mundo, define su escritura inventando el concepto de "real maravilloso", que a pesar de sus semejanzas con el realismo mágico de Gabriel García Márquez, no se tiene que asimilar con él.

El realismo mágico se desarrolló muy fuertemente en las décadas del '60 y '70, producto de las discrepancias entre dos visiones que convivían en Hispanoamérica en ese momento: la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición. Además surgió como modo de reaccionar mediante la palabra a los regímenes dictatoriales de la época. Sin embargo, existen textos de este tipo desde la década de 1930, de la mano de las obras de José de la Cuadra.

El realismo mágico se define como la preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es la de suscitar emociones sino más bien expresarlas y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. Una de las obras más representativas de este estilo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

El realismo mágico comparte ciertas características con el realismo épico, como la pretensión de dar verosimilitud interna a lo fantástico e irreal, a diferencia de la actitud nihilista asumida originalmente por las vanguardias como el surrealismo.

Una vez Gabriel García Márquez dijo: “Mi problema más importante era destruir la línea de demarcación que separa lo que parece real de lo que parece fantástico.

Porque en el mundo que trataba de evocar, esa barrera no existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su prestigio volviera verosímiles las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera sin perturbar la unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de fondo, pues la verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la forma en que se diga.”

  • Lo real maravilloso:
A fines del año 1943 tuve la suerte de poder visitar el reino de Henrí Christophe —las ruinas, tan poéticas, de Sans-Souci; la mole, imponentemente intacta a pesar de rayos y terremotos, de la Ciudadela La Ferriére— y de conocer la todavía normanda Ciudad del Cabo —el Cap Françáis de la antigua colonia—, donde una calle de larguísimos balcones conduce al palacio de cantería habitado antaño por Paulina Bonaparte.

Después de sentir el nada mentido sortilegio de las tierras de Haití, de haber hallado advertencias mágicas en los caminos rojos de la Meseta Central, de haber oído los tambores del Petro y del Rada, me vi llevado a acercar la maravillosa realidad vivida a la acotante pretensión de suscitar lo maravilloso que caracterizó ciertas literaturas europeas de estos últimos treinta años.

Lo maravilloso, buscado a través de los viejos clisés de la selva de Brocelianda, de los caballeros de la Mesa Redonda, del encantador Merlín y del ciclo de Arturo. Lo maravilloso, pobremente sugerido por los oficios y deformidades de los personajes de feria — ¿no se cansarán los jóvenes poetas franceses de los fenómenos y payasos de la fête foraine, de los que ya Rimbaud se había despedido en su Alquimia del Verbo?—.


Lo maravilloso, obtenido con trucos de prestidigitación, reuniéndose objetos que para riada suelen encontrarse: la vieja y embustera historia del encuentro fortuito del paraguas y de la máquina de coser sobre una mesa de disección, generador de las cucharas de armiño, los caracoles en el taxi pluvioso, la cabeza de león en la pelvis de una viuda, de las exposiciones surrealistas. O, todavía, lo maravilloso literario: el rey de la Julieta de Sade, el supermacho de Jarry, el monje de Lewis, la utilería escalofriante de la novela negra inglesa: fantasmas, sacerdotes emparedados, licantropías, manos clavadas sobre la puerta de un castillo.

Referencias:

http://unidadtresopticadelarealidad.blogspot.mx/
http://daylinhihita.blogspot.mx/2010/06/la-optica-de-la-realidad.html
http://html.rincondelvago.com/literatura-y-contemporaneidad.html
http://literaturaepo143-2parcial.blogspot.mx/2011/06/31-la-optica-de-la-realidad.html
http://adanguerrat.blogspot.mx/2013/03/la-optica-de-la-realidad.html
http://elnaturalismoliteratura.blogspot.mx/


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